La Biblia se trata de Dios buscando al hombre, no al revés. Cuando el Señor me abrazó, sentí que podía enfrentar cualquier crisis.
Quiero a hablarle a los que no tienen una gran crisis, que tienen arena en el zapato. A veces pensamos que lo nuestro es una tontería; pero si es arena en el zapato, no nos déja pensar en grande. Somos tripartitos, tenemos alma, estructura emocional. Y Dios respeta eso. Si tu entorno no está bien, te va a costar pensar en cosas grandes. El Señor no te enviará a un asunto grande si no solucionas esa arena en el zapato, ese es un padre tierno.
Génesis 18:1-18 Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo. Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol, y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho. Entonces Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo. Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y éste se dio prisa a prepararlo. Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron. Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda. Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él. Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo. Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído. Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos acompañándolos. Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra?
Dios decide destruir una ciudad a causa del pecado. A veces lo bueno es el peor enemigo de lo mejor. La arena en el zapato de Abraham era que no podía tener hijos. El Señor sabe que no puedes pensar en grandes asuntos del reino si no solucionas tus historias mínimas.
Hebreos 11. Habla de personas que nunca aparecen más en la Biblia, pero ellos quitaron la arena en el zapato del Apóstol. No debemos subestimar el favor de Dios en las cosas mínimas.
Esas historias mínimas son las que el Señor va a tomar en cuenta. El Señor también está en los problemas pequeños. Dios quiere sacarte la arena en el zapato para llevarte a los asuntos del Reino, a cosas más importantes.
Hoy quiero desafiar a los que sueñan con las multitudes, ser directores de cine, empresarios, eso está bien, pero hoy quiero que pidas ser el que quita la arena en el zapato de alguien más. Quiero que hoy mandes ese correo electrónico, que hagas esa llamada, que preguntes por la salud de alguien. Vas a marcar la diferencia, eso es lo que Dios ve en Abraham. Soluciona la arena en el zapato de otros, y El quitará la tuya.