Permanecer en Jesús
Alguna vez haz participado en alguna maratón (Competiciones de varios kilómetros )? ¿Como te sentiste? ¿Llegaste a la meta?. Es igual con Dios, comienzas con una pequeña oración que toma unos minutos, en donde le aceptas en tu corazón, pero el seguirlo es toda una vida.
II Timoteo 4:7-8 He peleado la batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mi, sino tambien a todos los que aman su venida.
II Timoteo 4:7-8 He peleado la batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mi, sino tambien a todos los que aman su venida.
Aquí te mostramos algunos puntos clave para que acabes la carrera con victoria y mientras dure tu vida, permanezcas en Jesús.
Prioriza tu relación con Dios (Hebreos 11:6)
Para comenzar con tu relación con Dios y permanecer en él es importante que: Ores, medites en la palabra y te congregues. Además tu puedes decidir delante de Dios, cuánto tiempo vas a seguirlo; serán meses? años? o toda la vida? Esta decisión marcará la diferencia de tu vida. (Salmos 91:7)
Despójate de las cosas que te detiene y te hacen retroceder (Hebreos 12:1-3)
Somos nosotros los que debemos de despojarnos de todo recuerdo malo y negativo, despojarnos de dudas, de malos hábitos, de actividades sin propósito, despojarnos de malas amistades, de temores y sobre todo del pecado; para tener una exitosa relación con Dios.
Persigue tu propósito (Hebreos 12:2-3)
Persigue tu propósito permaneciendo firme ante tu decisión de seguir a Dios. Sé constante, perseverante, inmutable t estable en Él. Que pase lo que pase, tu decisión no cambiará por nada del mundo.(Romanos 8:35-39)
Piensa además no solo en ti sino también en quienes vienen después de ti, ellos nesecitan un ejemplo a seguir, padres que tengan el carácter de ser fieles a Dios hasta la muerte.
Puesto que nuestra meta es agradar a Dios en todo lo que hacemos, no importa si alguien aplaude o no nuestras acciones. Somos llamados a ser fieles, no famosos. La mala conducta vende periódicos. La honestidad y la integridad honran al señor.
El aplauso del mundo no se puede comparar con la aprobación del señor. (Mateo 25:21)(Apocalipsis 2:10)