LIBRO SANTO ENAMORAMIENTO DEL PASTOR JUSTO LLECLLISH
CAPITULO I
En varios países, el término "enamoramiento" es sinónimo de "vacilón". Y sospecho que muchos predicadores que visitan nuestra tierra peruana lo condenan, porque piensan y creen que aquí en Perú también significa vacilón. (Por eso, es bueno que un predicador, antes de decir ciertas cosas, debe estudiar someramente la cultura del país que visita; de lo contrario, se encontrará predicando su propia cultura y no la palabra de Dios).
Una vez un grupo de jóvenes pidió a su pastor que les dé una charla sobre enamoramiento. ¿Para qué pronunciaron ese término! Él, con ojos a medio salir, les respondió: "La Santa Biblia no enseña del enamoramiento; pero sí del noviazgo. Entre los cristianos, no debe haber enamoramiento; sólo noviazgo; y después matrimonio". Sospecho que ese pastor, lo único que hizo fue repetir el argumento más débil que he escuchado. Digo repetir, porque, seguramente, antes lo escuchó de los labios de algún predicador extranjero. Y añado débil, porque cuando iniciamos su aplicación, encontramos serias contradicciones: o sea, de pronto conozco a Juana, nos hacemos amigos, y como me interesa, entonces lo primero que hago es "pedir la mano" e "intercambiar aros". Porque en Perú (y yo soy peruano e hijo de peruanos), una relación de noviazgo implica una previa "petitoria de mano" e "intercambio de aros". Si esto no ha sucedido, no se puede hablar de noviazgo.
Por otro lado, hay quienes dicen que no debe haber enamoramiento entre los cristianos, pues, no están de acuerdo con la cantidad y calidad de caricias que ello implica. Pero entonces, ¡no deberían atacar al "enamoramiento", sino a su contenido! De allí que hablo de un "santo enamoramiento", con el propósito de rescatar y santificar una expresión propia de nuestra cultura, transformándola con los principios bíblicos (porque el hecho de que una institución pública o privada sea corrupta, no significa que no exista. Sí existe, y los cristianos estamos llamados a influenciarlas con los principios bíblicos, de modo que glorifique a Dios).
Bien; después de explicarte por qué creo en el enamoramiento, dame unos segundos para mostrarte panorámicamente el contenido de este libro. ¡Hay un capítulo especial para cada sub-estado civil del soltero! El primero está dirigido a los que no tienen nada con nadie, ni quieren nada con nadie. El segundo, a los que ya quisieran tener algo con alguien (¡tú sabes!). El tercero, a los que están inquietos por alguien con nombre y apellido, y no saben cómo hacerlo. El cuarto es un exclusivo para adolescentes. En el quinto capítulo presentamos consejos para los que tienen enamorada. Y en el último enseñamos cómo "chapar" santamente. ¿Ya sabes qué capítulo te urgirá leerlo varias veces?
Cada capítulo es un conjunto de respuestas que nuestra juventud silenciosamente pregunta. Y como me consta lo que piensan y creen y saben y hacen, trato de responderles de la manera más cruda y real posible; pero con propuestas (es que yo también estoy cansado de respuestas superfluas y angélicas).
Hace cuatro años comencé a bosquejar respuestas de este calibre. A medida que lo enseñaba y resolvía preguntas, mis bosquejos cobraban riqueza y más páginas. Hasta que este año decidí ponerlo en forma de texto. Pero con todo; debo admitir: no es un estudio completo, mucho menos absoluto. Podría tenerlo archivado; mas lo publico, porque sé, de primera mano, que nuestros jóvenes necesitan oír una palabra de Dios al respecto.
Es mi oración que este librito ayude no sólo a jóvenes; también a "padres de familia", para que aprendan a comprender y ayudar a sus hijos. Y si cae en manos de niños, me alegraré sobremanera. Ellos necesitan escuchar esto, antes que Hollywood los discipule.
Continuará...
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DTB